lunes, 22 de diciembre de 2008

Escritura libre

El color de las sirenas me marea. Es como aquella noche de motel que pasamos camino de Oklahoma City. Los pájaros ya no son verdes como antes, parece que los hayan anestesiado para extraerles las últimas notas que le quedaban en su agonía. La ruleta rusa había empezado. No era cuestión de tiempo, era cuestiónde la cantidad de alquitrán que echaban a los cigarros de la marcapropiedad de Philip Morris.
Los cadáveres de pato me dan asco, son como cucarachas a las que se les arrebata la vida con anticucarachas persiguiéndolas por todos los rincones de la cocina. Malditos fabricantes de anticucarachas, juegan con nuestros sentimientos.
Los arbotantes forman figuras amorfas que identifico con corazones. El amor en estos tiempos genera sensaciones solo superadas por el crack que consumíamos a principios d los 90 en NY.
Suben los termómetros y el Frigopié sigue arrinconado entre las pizzas del congelador. La falta de visión espacial es un problema de nuestro siglo. El fútbol, el tenis, el deporte en general...son sólo refugio de pasiones, la verdadera historia se escribe en las urnas, en los talleres, en las trincheras.

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